Argentina, 31 de diciembre
de 2015
Compañeros y compañeras
del PCInt “El Comunista”
El 22 de diciembre
recibimos su respuesta a nuestra propuesta. En ella nos dicen:
Compañeros
y compañeras,
Hemos
recibido el documento "Propuesta Internacionalista sobre
estrategia y cambio revolucionario, a los y las partidarios de la
Revolución Socialista Mundial".
Después
de leerlo y valorarlo creemos conveniente referiros, a modo de
respuesta, a la respuesta que publicamos en nuestra revista "El
Comunista" número 12, de Enero de 1987, a la denominada
"Propuesta Internacional, a las y los partidarios de la
Revolución Proletaria Mundial". Os la adjuntamos escaneada.
Sin
más, y tal como decimos en la respuesta, os animamos a estudiar los
materiales de nuestra corriente, la Izquierda Comunista de Italia,
única que sacó las lecciones de la contrarrevolución rusa mientras
la combatía y única que puede permitir la reanudación de la lucha
revolucionaria a través del Partido Comunista Internacional.
Saludos
comunistas.
En primer lugar debemos
agradecerles la deferencia en responder a nuestro envío. Muestra un
gesto de amabilidad y cortesía de vuestra parte que por lo que vemos
no es muy frecuente. Y el que en realidad su respuesta no es una
respuesta a nuestra propuesta, sino una respuesta escrita 27 años
atrás sobre otra propuesta de un grupo argentino hoy inexistente, no
desmerece el gesto que han tenido en respondernos. Y con sinceridad
se lo agradecemos. Además, debemos ser concientes de que cada uno
responde lo que quiere y puede, si es que quiere y puede responder.
(Nota: las cuatro
páginas escanedas de su publicación El Comunista que nos enviaron
pueden bajarse desde: www.propuestainternacionalista.blogspot.com)
Pero se nos hace
dificultoso responder lo que nos dicen, pues en su envío hablan de
otra cosa o mejor dicho, critican otra propuesta, en otro contexto y
a otra gente.
Como se recordará,
nuestra propuesta dice:
Teniendo
entonces en mira las necesidades
de revalorizar, defender, clarificar y
precisar la teoría, los principios, el programa, la estrategia y la
táctica revolucionaria y demás problemas estratégicos y de
fundamento;
de poder dar un mejor y más contundente
combate ideológico, teórico y político contra la burguesía y su
influencia en el seno de la clase obrera y demás sectores
desposeídos;
de tener materiales más contemporáneos
para la formación de cuadros y para contrarrestar la influencia de
la proliferación de versiones del marxismo y de políticas
autodeclamadas revolucionarias que son meramente versiones adocenadas
e integradas al sistema;
de contribuir a que los esfuerzos de quienes
nos precedieron en nuestras posturas no queden en el olvido y sí
sean conocidos y aprovechados por las nuevas generaciones;
de ayudar a romper aislamientos y crear
mejores condiciones para fomentar una buena polémica y los futuros
procesos de confluencias de las minorías clasistas, comunista de
izquierda, etc,
nos proponemos y les proponemos dar un
pequeño y modesto paso más en ese sentido.
Para
ello,
con el objetivo principal de promover,
incentivar y divulgar la reapropiación y producción
teórico-política sobre cuestiones estratégicas de la lucha por la
sociedad sin clases,
nos proponemos y les proponemos crear un
espacio e instrumentos que faciliten la colaboración, el
intercambio, la producción, la promoción y divulgación organizados
de los esfuerzos que pueda hacer cada uno-a respecto a este aspecto
de la lucha ideológica política.”
Frente a ella ustedes,
rechazándola, nos contraproponen que vayamos “a estudiar los
materiales de nuestra corriente.” Y esto amerita varias
preguntas: ¿estudiando los materiales de su corriente se resuelven
aquellas cuestiones? ¿Ya está todo dicho, producido, promovido,
divulgado y reapropiado? ¿No son necesarios también materiales
más contemporáneos para
la formación de cuadros y para contrarrestar la influencia de la
proliferación de versiones del marxismo y de políticas
autodeclamadas revolucionarias que son meramente versiones adocenadas
e integradas al sistema? ¿No
es necesario poder dar un
mejor y más contundente combate ideológico, teórico y político
contra la burguesía
y su influencia en el seno de la clase obrera y demás sectores
desposeídos?
¿Así
de fácil es la cosa, simplemente leer los materiales de su corriente
y listo?
Pero supongamos que sólo
eso fuera necesario, ¿Quién representa a la izquierda comunista
italiana hoy? Todos los viejos referentes de la corriente comunista
italiana ¿siempre estuvieron de acuerdo y con las mismas posiciones?
(Bordiga, Damen, Perrone, Maffi, entre otros).
Son muchos los grupos que
se reclaman de ella y ni siquiera entre ellos se ponen de acuerdo y
por el contrario dan sus propias interpretaciones sobre cuál debe
ser la “verdadera posición política” sobre tal o cual tema. Es
más, por lo que vimos hay varios PCInt, todos se reivindican como
herederos de la izquierda comunista italiana, todos tienen un tronco
común. ¿Cuántos son?¿Tres, cuatro? ¿Cuáles de ellos han
interpretado correctamente sus materiales históricos y cuáles no?
¿No les parece que anda algo mal en todo eso, pues ni siquiera entre
ustedes pueden ser sólo uno? ¿Cómo pueden presentarse como único
polo de referencia y ser los únicos... y ni siquiera para ustedes
mismos lo son para sí mismos?
No se puede negar el
aporte importantísimo que realizó dicha corriente al movimiento
comunista. Después de Marx, Engels y Lenin, ha sido dicha
corriente la que hizo los aportes más significativos, especialmente
en sus estudios del proceso contrarrevolucionario ruso. Pero ¿todas
y cada una de las cosas que planteó 30, 40, 70, o 90 años atrás
son pertinentes hoy o incluso, todas lo fueron en su
oportunidad?
Obviamente que no nos
referimos aquí a los objetivos fundamentales, a las grandes
cuestiones de la causa revolucionaria, a cuestiones esenciales del
programa revolucionario, que no son invención de la Izquierda
Comunista (de aquí en más IC) y ya vienen de Marx. Pero esas
cuestiones, necesarias, imprescindibles, no son las únicas sobre las
cuales gira la actividad militante, sea en épocas donde se dan
tibios procesos de alza de la lucha de clases como en aquellos donde
la reacción, la contrarrevolución, el dominio burgués es
aplastante física, política, económica e ideológicamente.
De hecho, la simple
constatación de la cantidad de grupos, rupturas, deserciones en
dicha corriente y de que la principal y casi única explicación que
dan la mayoría de ellos para sus debilidades es “no están
-estaban- dadas las condiciones” “esto es producto de la
contrarrevolución stalinista” o el recurso seguro de cuestionar a
los demás como si jamás del otro lado existiera algo de razón y
del propio algo equivocado. habla a las claras que en dicha
corriente no está todo tan claro y unívoco como se supone.
De hecho hay grupos que
se reclaman de la izquierda comunista italiana y aprueba una parte
del pasado y de las posiciones, pero no todas. Muchos de esos grupos
se autoreferencian y denostan a los demás de la misma “herencia”.
O por aún, no promueven hoy entre ellos lucha teórica ni
contrastación, lo que siempre fue común en Marx, Engels y Lenín o
incluso en los orígenes de su propia corriente. O los planteos o
textos polémicos que reciben desde dentro de la misma IC muchas
veces los condenan al ostracismo, al vacío, no son contestados. Ni
las distintas crisis, fracturas, deserciones son explicadas, salvo
por supuesto denostar al otro y remitirse a las condiciones
contrarrevolucionarias de la época, donde aparentemente nada o casi
nada se puede hacer. Pero la lucha de clases sigue, de un lado y del
otro. Y en especial del lado burgués, muy dura y compacta.
Quien dispone de buenas
posiciones, buen método, programa adecuado e intención de
crecimiento revolucionario sobre bases sólidas y marxistas,
no hace eso.
Como dijimos, no está
claro entonces qué materiales deberíamos estudiar y con qué grupo
-y por qué- referenciar. Por otro lado su respuesta da por
sentado que nadie de los que participan de esta propuesta lo han
hecho. ¿No les parece un poco pedante de su parte?
En fin. Todo esto dicho
sobre la IC y los grupos que se reivindican de ella no pretenden
hacer un juicio de valor sobre ella, sino simplemente poner de
manifiesto que se ese mandarnos a estudiar es cuento menos un no
decir nada.
Dicho sea al pasar,
hablando de herencias, no se confundan: las actitudes y políticas
de los fundadores de algo no se heredan a sus descendientes, sino que
estos deben tener sus propias actitudes y políticas y demostrar que
están a la altura de sus progenitores. Por el contrario, hay
una tendencia en muchas empresas familiares que bien podría pensarse
para otras cuestiones: Una generación funda la empresa, con mucho
trabajo, con mucho empeño. La siguiente generación lo que hace es
aprovecharla y eventualmente mantenerla o hacerla crecer un poco más,
y la tercer generación termina por fundirla.
Hay que estar a la
altura de las circunstancias
Respecto a la respuesta
que dieron ustedes hace 27 años, al ponerse su grupo en la postura
de ser EL Partido Comunista Internacional lo que menos puede esperar
es que esté a la altura de las circunstancias, aún cuando
estas circunstancias sean adversas, y oriente las acciones de los
sectores de vanguardia del proletariado, sea en sus tareas de
resistencia a los embates del capital, sea en la producción teórico
y política, sea en los fortalecimientos organizativos, en ser un
polo de referencia aunque sea para militantes y activistas sueltos
que se resisten a ser sojuzgados por la lógica del capital, y así
una larga lista de cuestiones que un partido, sea pequeño o grande,
sea en épocas de bonanza como en los de vacas flacas, debe
enfrentar, construir, orientar y producir. Salvo, claro, que
pensemos que el Partido es meramente un grupo testimonial, con
esporádicas y puntuales acciones hacia afuera, encerrado en un
monasterio cuidando las sagradas escrituras.
Pero lo que lo que se
pone de manifiesto en la respuesta del PCInt El Comunista (de aquí
en más PCIntEC) a Emancipación Obrera (de aquí en más EO) es
su propia impotencia y la incapacidad de su política para hacerse
cargo del rol que dicen asumir.
Y no nos referimos a la
respuesta que hoy nos da a nuestra modesta propuesta. Nos
referimos a la gravedad de su respuesta al pedido de auxilio que
hacían un grupo de militantes, en su mayoría obreros y trabajadores
de otro país, que venía librando muchos años de combates en
tremenda desventaja y rodeados de peligros. Tendían una mano para
evitar ahogarse y la respuesta de su organización (y de otras) fue
cortársela.
Así,
al enviarnos como respuesta aquella respuesta de ustedes a EO, ponen
en escena su conducta y nos dan la oportunidad de analizar cuestiones
fundamentales que hacen a la responsabilidad política, a la
concepción del internacionalismo proletario, de la lucha de clases,
y otras, no en abstracto sino ante situaciones muy concretas y
dramáticas de aquellos años.
Mirando la historia
posterior, si hubiéramos sido el PCI EC nos hubiera dado vergüenza
recordar las actitudes que tuvimos para con ese grupo argentino y
hubiéramos intentando, si no nos daba el cuero para reconocer el
error, al menos tapar con un manto de olvido esas actitudes tan
alejadas de la solidaridad, del compañerismo, y del
internacionalismo proletario. Pero, por
motivos que sólo ustedes saben, hoy la reflotan y ponen a
la luz una conducta deplorable, para alguien que se consideran
EL partido, único poseedor de LA Teoría revolucionaria, EL
programa, LA política y el HILO histórico, UNICO que conecta el
pasado y el futuro. Y como nos enteramos en su carta, también el
única que puede permitir la reanudación de la lucha
revolucionaria a través del Partido Comunista Internacional.
Veamos primero de qué se
trataba aquella Propuesta a la cual el PCInt EC (España) responde.
Dicen en marzo de 1986
los compañeros de Emancipación Obrera:
“Puede parecer extraño que desde aquí y "de golpe",
unos pocos grupos y activistas seguramente desconocidos en general,
lancen un llamado, una propuesta a todos aquellos que en diversas
partes del mundo, con mayor o menor fuerza, con mayor o menor
claridad, levantan en alto la bandera del internacionalismo
proletario, de la revolución proletaria mundial.
Pero no es "de aquí" ni "de golpe" que surge
una y otra vez el grito angustiante de minorías revolucionarias que
buscan romper el cerco tendido por el capital, que asisten impotentes
a los terroríficos golpes que la burguesía descarga sobre el
proletariado y sobre ellas mismas, que tanto en los períodos de alza
de la lucha de clases como en los momentos de la contrarrevolución
más violenta "descubren" una y otra lo que significa el
aislamiento, la debilidad de sus pequeñas fuerzas; debilidad no sólo
numérica, sino fundamentalmente política ya que es imposible local
o nacionalmente resolver los problemas que el momento actual impone a
los revolucionarios.
Estamos convencidos de que en distintos lugares del mundo han
surgido grupos, activistas, que no encontrándose identificados con
la izquierda tradicional (estalinistas, trotskistas y sus variantes),
con las políticas de ayudar a la burguesía a resolver sus
problemas, con los planteos de cambiar la forma estatal de la
dominación burguesa o con apoyarla en sus guerras, han tratado de
elaborar una política distinta, que reivindicase la autonomía de la
clase obrera frente a la burguesía y la lucha para destruir su
dominación y su Estado, sin admitir fases o pasos previos
(democráticos).
Y sabemos lo que es ir contracorriente, sin ningún apoyo a quien
recurrir, sin posibilidades inmediatas de reapropiación de
experiencias históricas del proletariado revolucionario, sin
materiales teórico-políticos fundamentales y en un ambiente
represivo y peligroso.
Si para algunos ciertas definiciones o posturas son el "ABC"
algo de lo cual no se habla o escribe de tan obvio, para cada uno de
nosotros llegar a escribir la palabra A significó un largo
proceso de luchas, desgarramientos, miedos e incertidumbres.
Aquí, en las escuelas, enseñan una frase de un
"prócer" del siglo pasado: "Las ideas no se matan".
Sin embargo, hemos aprendido que se mata a quienes tiene ciertas
ideas (y posiciones), y que la clase dominante puede obstaculizar por
un largo período la reabsorción, conocimiento, vinculación y
desarrollo de las experiencias, ideas y posturas que en las
diferentes áreas del mundo vive y construye el proletariado
revolucionario.
Es así que, paradójicamente, fue menester una monstruosa
represión (con la consiguiente diáspora) y una guerra (Malvinas)
para saber aquí que existieron en el mundo diversas corrientes y
grupos radicalizados; para conocer -y todavía muy poco- las
experiencias de Alemania y otros lados luego de la primera guerra;
para saber de otras posturas en la guerra civil española que no
fueran las franquistas y republicanas. Y que hay otra historia (que
casi no conocemos) que nos es más cercana.
Y no solo eso, a partir de allí tuvimos la confirmación de que
en la actualidad existen grupos que no se inscriben en las variantes
tradicionales, muchos que aún no conocemos y otros de los cuales no
sabemos aún ni cuanto ni como han roto con el capital y sus
fracciones, pero que expresan en diverso grado distintos momentos de
ruptura con la política del capital.
Pero si hoy conocemos que ello existe, eso no significa que la
actual situación de aislamiento y debilidad, haya cambiado. Por el
contrario, todavía ni siquiera llegamos a saber lo que está
ocurriendo no ya en un país lejano o limítrofe, sino siquiera
en una ciudad cercana, hasta en un barrio vecino. Y no se entienda
esto como una curiosidad o una cuestión periodística: en Argentina,
por ejemplo, hay continuamente días en que hay varios millones de
obreros en conflicto..... Sin que entre ellos exista ningún tipo
de coordinación, a veces sin que se sepa siguiera de su lucha,
lo que ocurre en todos lados. Y si esto es así con movimientos
relativamente masivos, peor aún con el contacto y conocimiento de
las vanguardias que surgen durante esas luchas o bajo su influencia.
Y estamos convencidos que en los países donde vivimos, como en
otros lados del mundo, surgen grupos obreros o de activistas que
tratan de romper con las políticas de conciliación, de
subordinación a la burguesía, pero que, a falta de una
referencia internacional, con la fuerte presencia de la burguesía
en el movimiento obrero, terminan sucumbiendo absorbidos por alguna
fracción del capital o simplemente disgregados, extinguidos.
Pocos son los que logran superar los primeros golpes, y los que lo
hacen, tiene ante sí una perspectiva incierta, donde la soledad
política, el tener que andar y desandar los pasos, recorrer
callejones sin salida, el partir casi de cero en numerosos temas se
transforma en una realidad cotidiana, desgastante, que mina las
pequeñas fuerzas, ya de por sí golpeadas política y
económicamente. ¿Es que no hay otra alternativa que esta? ¿Es que
la gestación de una política internacionalista revolucionaria, o al
menos esbozos de la misma, será así, paso a paso, grupo a grupo,
ciudad por ciudad, nación por nación, generación por generación?
¿Todos y cada uno deben recorrer los mismos pasos; enfrentar los
mismos problemas, darse los mismos golpes, deletrear las mismas
letras, elaborar las mismas palabras, para después de un largo
tiempo y camino, ya fuertes y "partido", confluir con otros
"iguales" o, en su defecto, "extenderse" a otras
naciones.?
No creemos que esa sea la única opción, ni siquiera creemos que
pueda salir algo bueno de ella. Por el contrario, pensamos que la
única alternativa es, desde el vamos, la internacional. Así como
es una mistificación hablar de Sociedad Comunista mientras exista un
solo país capitalista en el mundo, lo es hoy hablar de
internacionalismo proletario concibiéndolo a éste como la
solidaridad con las luchas obreras en el mundo o frases pomposas de
vez en cuando contra la guerra, el armamentismo o el imperialismo.
Internacionalismo proletario tiene para nosotros otra
significación e implica hacer un esfuerzo para superar la genérica
solidaridad ya que las dimensiones internacionales de la
revolución proletaria exigen entrelazar y unificar los esfuerzos
para delinear una estrategia única a nivel mundial, y su correlato
político en las tareas que enfrentamos en las diversas áreas y
países.
Naturalmente no se resolverá ello con voluntarismo ni de hoy para
mañana, tampoco será obra de un largo y prolongado trabajo
"educativo" o "científico", como lo concebía la
Segunda Internacional (y no solo ella), de "acumulación de
fuerzas" ("ganar militantes uno a uno", "Elaborar
La Teoría" y estructurar La dirección que en su momento Deberá
ser Reconocida) para un futuro enfrentamiento, demasiado lejana,
mientras que en la realidad cotidiana se daba la resistencia y la
lucha del proletariado contra el capital. (La que en los hechos, para
estas variantes, hay que controlar, tapar, aislar de manera tal que
esté adecuada para las "tareas" de siempre: apoyar a
alguna fracción de la burguesía en contra otra supuestamente peor).
Si el partido de la clase obrera no es un grupo político que en
un país o varios se pone tal nombre, si desacordar con "el
partido para la clase obrera" y reivindicar "La clase
obrera organizada como clase, es decir, como Partido" no es
un simple juego de palabras, si rechazamos las ideas socialdemócratas
(estalinistas, trotskistas, etc) del Partido como el aparato
(intelectuales, obreros, etc.) portavoz de la Verdad que se
constituye voluntariamente y en una nación y que espera el
reconocimiento de las incultas masas y de la Internacional como una
federación de partidos (o de uno que se extiende a otras naciones),
ello implica romper con esas concepciones y prácticas totalmente
contrapuestas al internacionalismo proletario y que sólo son formas
de manifestar y defender el nacionalismo.
Entre ellas son las más evidentes concebir el desarrollo del
propio grupo (o de los propios grupos) como una cuestión local o
nacional, con el objetivo de conseguir una determinada fortaleza para
luego si, dedicarse a tomar contactos con otros grupos de otros
países a los cuales hay que absorber o desenmascarar
generalmente mediante discusiones y declaraciones.
Los contactos internacionales se consideran como una cuestión de
"propiedad privada" e impera la práctica de la
bilateralidad, la que incluye cada "x" años
momentos de encuentro para reunirse en unas "naciones unidas"
de "revolucionarios". La práctica de los partidos de la
Segunda Internacional es un buen ejemplo de esto.
Pensamos que ese camino sólo conduce a nuevas frustraciones y
mistificaciones, por lo que se hace necesario luchar contra todos los
intereses, concepciones y sectarismos que producen y reproducen las
divisiones creadas por la burguesía en la defensa de sus mercados
internos, de sus estados, de "sus" proletarios, es decir,
de la plusvalía que les extraen.
(Puede descargarse la propuesta íntegra desde el sitio
www.viejoarchivista.blogspot.com)
Nos disculpamos de la extensa cita, pero no se puede entender la
gravedad e irresponsabilidad de la respuesta que da el PCInt“EC”
a aquella propuesta, sin conocer un poco ella y sus fundamentos.
¿Y qué proponen los compañeros de EO y MCR?
Proponen
promover (ni siquiera son taxativos):
1) Una respuesta coordinada ante ciertos ataques del
capital (p.e. en la cuestión de los mineros ingleses, de los
trabajadores en Sudáfrica, Irán-Irak, etc.): volantes y campañas
comunes, indicaciones políticas, momentos de efectivo enlace y
orientación ante cuestiones concretas y graves que afectan al
proletariado mundial.
2) Una información internacional
a- de las luchas obreras, propagandizando, de
acuerdo a las posibilidades, sobre las más importantes que se
realizan en cada región (o país) para repercutirlas en otras e ir
afianzando la realidad del internacionalismo proletario y el
compañerismo proletario.
b- de los diversos grupos políticos, no sólo
de los participantes de la propuesta, sino también en los enemigos,
pues es un elemento necesario para la lucha política contra ellos
c- de la experiencia histórica, de los
materiales producidos en la larga lucha el proletariado contra el
capital y toda explotación.
3) La polémica teórico-política en vistas a toma de
posturas conjuntas y como contribución al desarrollo de una política
revolucionaria.
Entre aquellos que no sólo comparten un conjunto de puntos sino
que efectivamente coinciden en una práctica y llevan adelante
todos los puntos de ésta propuesta, en particular el punto 1 (acción
común), se hace vital organizar la polémica y sólo para ellos
proponemos dos cosas:
4) La organización internacional de la correspondencia, lo
que conlleva la creación de una red fluida de intercambio y
comunicaciones que debe ser una de las bases materiales para el punto
7.
5) Una revista internacional, que no es concebida como un
conjunto de posturas políticas de los diversos grupos abrochadas
bajo una tapa "colectiva". Por el contrario debe ser un
instrumento para consolidar la actividad en común realizada, para
propagandizar y fundamentar las posturas compartidas y, por supuesto,
para dar la necesaria polémica pública sobre las cuestiones vitales
que hacen a las tareas del momento, las actividades propuestas y
sobre temas "abiertos" que de común acuerdo se considere
necesario incluir.
6) En la medida que los acuerdos así lo posibiliten, estimular la
participación de otros grupos en la propia prensa y viceversa, así
como la difusión de materiales de los grupos intervinientes.
7) Propender a crear una polémica "interna" común es
decir, no limitarse a la polémica "oficial y pública" de
grupo a grupo, sino también la polémica de los comunistas ante
problemas "abiertos".
Obviamente que la
propuesta tenía una gran dosis de ¿ingenuidad? y desconocimiento
respecto a los grupos a los que se invitaban con la propuesta. Era
razonable dado su aislamiento y las condiciones de militar por años
públicamente en lo político pero en la clandestinidad y
semiclandestinidad en muchos aspectos para proteger sus actividades y
vidas. Pero no era innecesario lo que proponían.
Quienes formaron EO
nacieron políticamente bajo la dictadura cívico-militar de Onganía
(fines de la década del sesenta) a la cual se enfrentaron con la
consigna “Ni golpe ni elección, revolución socialista”.
Luego debieron
enfrentarse a las expectativas democráticos y del populismo
peronista de principios de los setenta y en ese período a la feroz
represión desatada desde sectores peronistas de derecha y del
establishment sobre los grupos de trabajadores clasistas, y contra
los sectores más radicalizados del peronismo y de la izquierda
radicalizada. Luego tuvieron que sobrevivir bajo el peor genocidio
que conoció la historia argentina y latinoamericana y realizar la
lucha ideológica, económica y política en condiciones de
inseguridad extrema.
También se enfrentaron a
la Guerra de Malvinas (1982), a contramano de toda la sociedad y de
toda la izquierda, oponiéndose no sólo a la guerra sino luchando
para que fuera derrotada el propio gobierno argentino, llamando a que
la clase obrera inglesa y argentina se uniesen para bajar los
gobiernos de Tatcher y Galtieri, contra el Estado Burgués y el
dominio del capital. Y hasta aquí, durante 14 años fueron
elaborando sus posiciones en total aislamiento y por sus propios
medios, en contra de las corrientes de izquierda integradas
dominantes o existentes: estalinistas, trotskistas y maoísmo y sin
caer en el anarquismo, por el contrario, haciendo suyos los escritos
de los clásicos marxistas sobre ellos.
Es natural que los
compañeros y compañeras de EO habiendo descubierto para 1982-83 que
no estaban solos buscaran relacionarse con sus iguales o similares.
Y sabían muy bien lo
importante que hubiera sido confeccionar un volante en contra de la
guerra de Malvinas conjuntamente con grupos ingleses y de otros
países. O al menos con algún tipo de intercambio de materiales. Y
así para otros casos graves. De allí su propuesta del punto 1.
El punto 2 es más que
obvio: una información internacional entre los grupos que estuvieran
de acuerdo. Recordemos, no existía internet y las noticias que
llegaban eran filtradas por los medios burgueses. No era un
llamado a la unidad de los grupos, sino una colaboración con la
información.
El punto 3 planteaba
fomentar la polémica entre quienes tenían una base común.
Ningún pecado por ello, salvo, claro, para los grupos en que
polemizar es crear más confusión.-
El punto 4 era una
organización internacional de la correspondencia. Recordemos, las
cartas eran con sobre y papel y estaban censuradas, tardaban quince o
un mes en llegar, había que poner direcciones falsas pero reales
para que llegara, pero lo básico era que al desconocer la existencia
de grupos (que sólo se conoce gracias a compañeros que deben
exiliarse y a la notoriedad relativa en algunos medios de la IC que
tomó el grupo al oponerse a la guerra). Tampoco era algo grave o
descolgado pedir ayuda para enviar y recibir cartas.
El punto 5 es el más
fácil de cuestionar por las débiles posibilidades de realización
en lo inmediato: una revista internacional, aunque si uno lee la
propuesta en su integridad no era tan imposible tal cual estaba
formulada, ni tampoco era una revista tipo bolsa de gatos. Aunque sí
por supuesto muy difícil dadas las características de los grupos
más importantes de la izquierda comunista, con argumentos válidos
y no válidos para oponerse a dicha iniciativa.
Y los puntos 6 y 7 eran
más de buenos deseos o de criterios que de otra cosa.
Ante esta propuesta de
los compañeros de Emancipación Obrera ¿Cuál es la respuesta que
da el PCInt El Comunista?. Más o menos como aquellos versos de un
español que dicen:
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
Niño,
que eso no se dice,
que
eso no se hace,
que
eso no se toca.
¿Qué
concretamente le responde el PCInt EC a esta propuesta, además del
rechazo?:
“¿No
es más fácil estudiar los escritos de una organización y
contrastarlos con los textos del marxismo antes de embarcarse en
cambalaches de unificación?”
Es
decir, así como a nosotros en la breve carta nos manda a estudiar
sus textos, a las necesidades y propuestas realizadas por EO les dice
que es dejen de proponer un cambalache y que hagan algo más fácil:
estudiar los textos del marxismo en contraste con los de alguna
organización.
Demás
está decir como respuesta de EL Partido a una organización pequeña
pero con una rica historia de luchas y combates, presente en algunas
fábricas y movimientos antirrepresivos, y en varias ciudades, es una
muestra de que le queda demasiado grande el traje que se ponen. Pero
además, de nuevo aquí el paternalismo y la pedantería. ¿Cómo
saben que EO no estudió los textos del marxismo, tanto o mejor que
ellos mismos?
Pero
aquí sale el “método” del PCI-EC. Por su respuesta leemos:
“Podemos
afirmar que Emancipación Obrera no justifica su toma de posiciones
en el marxismo ni en ninguna escuela de pensamiento y acción
definida como comunista revolucionaria”
Nos
podemos imaginar el estupor que pueden haber tenido aquellos
compañeros al leer eso. Y lo que deben haberse reído (y lamentado)
por la supina ignorancia y soberbia de quienes hablan por hablar.
En
su aislamiento EO seguramente tampoco sabía que el PCI El Comunista
era el poseedor del marxismómetro, o el marxímetro -quién sabe
cómo se llama realmente- y ellos son los encargados de determinar
quién es marxista y quién no.
Como
decía los otros días un compañero al leer esta parte de la
respuesta: ¡Qué gilipollez!. Además, en qué marxismo?, pues si
hubiera uno y solo uno en el mercado, me lo quedaba y asunto
concluido”.
Pero
dejando lo tragicómico del asunto, el que lee cualquier
material de EO (pueden consultarse algunos escaneados en
www.viejoarchivista.blogspot.com),
en la terminología, en las posiciones, en los análisis basados en
el materialismo histórico, en las citas, en la propia propuesta, en
todo, puede darse cuenta de lo absurda de dicha afirmación.
De
hecho el primer escrito realizado por un grupo de obreros y algunos
estudiantes para trabajarlo en las fábricas, donde aparece por
primera vez en una firma la expresión “Emancipación Obrera”
(“Mesa de Trabajo por la Emancipación Obrera” era
su firma), fue un folleto que se titulaba “La
esclavitud del trabajo asalariado” y era un resumen
aggiornado de “Trabajo Asalariado y Capital” y “Salario, precio
y ganancia”, de donde sale también la frase que acompañará
siempre el logo de Emancipación Obrera, abajo de este: “Por la
abolición del sistema de trabajo asalariado”. Y no hablemos de
la concepción sobre la necesidad de destruir el Estado Burgués y la
necesidad de la instauración de la dictadura del proletariado, del
Partido, el imperialismo como fase superior del capitalismo, la
teoría de las crisis, la tendencia decreciente de la tasa de la
ganancia, de las guerras como parte inherente al propio sistema
capitalista, y sobre tantos y tantos temas.
Pero
claro. Emancipación Obrera no surge en contacto con la Izquierda
Comunista, ni Italiana y otras, (pues en Europa hubo otras aparte de
la Italiana). Tampoco viene de rupturas con grupos “marxistas”
estalinistas, trotskistas, maoístas. Por lo tanto no puede existir,
y si existe no puede ser marxista. Tal es la “lógica” de los que
nos mandan a estudiar.
Obviamente
que ellos no se dan cuenta de cómo se les ha pegado el espíritu
monárquico y lo tienen internalizado.
Porque
el grave pecado de Emancipación Obrera es no tener linaje.
Por supuesto no habla el PCIntEC del linaje de la sangre real o de la
nobleza. Sería muy burdo. Aquí ellos en los hechos reivindican otro
linaje, el comunista, el revolucionario. Y sin linaje no sos nada ni
nadie. ¡Pero qué le vamos a hacer, EO nace plebeyo! y sin un árbol
genealógico que de padre a hijo lo conecte con la “única
corriente que puede permitir la reanudación de la lucha
revolucionaria”.
Obviamente
si la misma existencia de EO ponía en entredicho la afirmación de
la sagrada escritura que sin el linaje es la nada (recordemos, son
los únicos
que...), lo mejor que
podía hacer EO era desaparecer, así no quedaban rastros de la
anomalía histórica que podría suponer la aparición de posturas
revolucionarias sin un contacto directo con los poseedores y
administradores del saber marxista.
Por
supuesto que aquella afirmación sobre EO, como otras sobre sí
mismos, tienen una característica: no aportan pruebas salvo sus
autodeclaraciones. Y la soberbia les impide reflexionar sobre sus
propias afirmaciones de hace 27 años y como jamás se equivocan, y
nada hay que cambiar, una respuesta dada antes es válida para
siempre y en todas las circunstancias...
Pero
además, esas afirmaciones sobre que “EO no justifica sus
posiciones en el marxismo ni en ninguna escuela del pensamiento y
acción definida como comunista revolucionaria” tiene otra función:
eludir sus propias responsabilidades como supuesto “El
Partido” ante el pedido de ayuda que trasunta la propuesta de EO
desde sus primeras frases.
Así,
el PCIntEC nos dice que
“Encontramos
lógico que “Emancipación Obrera” (...) intente romper el
aislamiento dirigiéndose con una propuesta de discusión a los
“partidarios de la revolución proletaria” (...) todo eso es
normal para una corriente en vías de definición, y a nadie se le
debe prohibir recorrer los caminos que desee mientras lo haga en su
nombre y bajo su exclusiva responsabilidad. En este sentido podemos
afirmar que “Emancipación Obrera” no justifica su toma de
posiciones en el marxismo ni en ninguna escuela de pensamiento y
acción definida como comunista revolucionaria, pero si son capaces
de sobrevivir al aislamiento, antes o después tendrán que
identificarse directa o indirectamente”
Como
vemos, el PCInt es magnánimo y no prohíbe a EO que recorra los
caminos que desee, probablemente porque no puede evitarlo, aunque por
supuesto admite su derecho de prohibirlo, pues claro, son el clero
italiano vaticano-español revolucionario que determina lo que es
marxismo y lo que no es marxismo.
Pero
hay algo peor aún en todo esto. Reléase nuevamente la anterior
cita. No sólo se lava las manos de sus propias responsabilidades
sino que dictamina la necesidad de que EO permanezca aislada,
no sea que contagien a alguno de quién sabe qué tara. No dicen:
“están aislados, los vamos a ayudar a romper el aislamiento, su
propuesta no es buena en esto y otro pero la realidad que describen
es cierta. Tal vez podríamos hacer tales y cuales cosas para ir
superando...”. No. Se regodean con su aislamiento y lo reafirman:
“si son capaces de sobrevivir al aislamiento”...
Ese
arréglenselas como puedan y no nos jodan, también pone de
manifiesto sus deseos en el “lapsus lingue”, pues dan por
supuesto que deben permanecer aislados. Y como profecía
autocumplida, así ocurre, porque también fue un no, directo o
indirecto, el dado por los demás grupos de la IC, pero al menos
algunos de esos grupos lo hicieron valorando la propuesta y
considerando a EO como parte de las filas proletarias, objetando más
que nada “la falta de condiciones” para llevarla adelante y no
tuvieron las ínfulas de ser EL partido y los Únicos en todo.
Es
sabido que EO logró sobrevivir a ese aislamiento unos diez años
más, bajo la tremendamente despareja correlación de fuerzas, y
luego desapareció. Ni uno sólo de sus puntos de su propuesta
(organizar la correspondencia, crear canales de información, etc)
fue aceptado y puesto en práctica ni hubo otra “propuesta” salvo
la que se pongan a estudiar. Son de las cosas incomprensibles de
quienes se reivindican de las tradiciones revolucionarias de Marx,
Engels y tantos otros revolucionarios y revolucionarias.
Así,
en soledad, no buscada sino provocada por el cerco burgués, las
respuestas negativas recibidas de los que se reclaman de la IC, y sus
propias limitaciones, se terminaron perdiendo esas fuerzas que tanto
trabajo costaron parir. Puede que hubiera desaparecido igual aún con
menos aislamiento, pero tal vez la realidad hubiera sido otra. En
todo caso su ejemplo debería servir para reflexionar a dónde
conducen las posturas como las del PCIint EC y lo inadecuadas que son
para el avance de las pequeñas fuerzas comunistas.
La
concepción de lo que es y debe ser el internacionalismo proletario
Señalemos
que aquí también lo que estaba en juego era la propia concepción
de lo que es el internacionalismo. EO ya había demostrado su
internacionalismo en las peores condiciones: una guerra. Y también
de ella sacó lecciones y concluyó de cómo se debía trabajar desde
el vamos: si aislados, grupo a grupo, ciudad por ciudad, nación por
nación, generación por generación o desde el inicio inscribiéndose
en un esfuerzo internacional. Pero claro, como decimos nosotros aquí:
“Para bailar el tango se necesitan dos” y la respuesta al llamado
fue arréglense como puedan.
También
llama la atención la afirmación de la carta que nos envían ahora
cuando hablan de que su corriente fue la única en sacar conclusiones
de la contrarrevolución rusa.
Nos
preguntamos y le preguntamos ¿previó el PCIntEC la caída del muro
de Berlín dos años antes de que ocurriera? ¿qué aportes hicieron
sobre la situación rusa y la contrarrevolución en Rusia sin
contar viejos escritos de la IC?.
Pues
bien: dos años antes de la caída del muro, (9 y 10 de noviembre de
1989), Emancipación Obrera, a principios de 1987 y publicado en
octubre de 1987, saca un libro (editado en forma clandestina, como
toda su prensa y materiales), titulado “Revolución y
Contrarrevolución en Rusia”. El mismo fue escrito sin conocer
los aportes de la IC y es también otro balance de la
contrarrevolución rusa, por lo que mal puede creerse en la carta que
nos envían que su corrientes es la Única en hacerlo. Si
probablemente fue la primera y la principal y más completa. Pero su
ombliguismo les impide reconocer que no sólo existen ellos.
Demás
está decir que sería un pensamiento pecaminoso para ellos si se les
cruzara por la mente la posibilidad de aprender algo de otros:
siempre los demás deben aprender de ellos y sólo de ellos.
Para
los interesados, puede bajarse el libro escaneado desde:
y
sacar cada uno sus propias conclusiones. Y no es el único material
sobre ese tema que sacó EO.
La
doble vara del PCI EL sobre las luchas y su curiosa teoría de la
lucha de clases
Para
descalificar a EO y la reivindicación que hace esta de la
participación en el auge de las lucha de clase que se dan en
Argentina a fines de los sesenta, el PCIntEC plantea que
“no
fueron lucha de clase las huelgas de la década de los 60 y 70,
porque sus reivindicaciones políticas no superaron la lucha por la
libertad y la democracia. Y cuando el marxismo habla de lucha de
clases, da por sentado que la clase proletaria se ha constituido en
partido político, y que el PARTIDO (mayúsculas del PCInt)
influencia y dirige esas luchas (...)”
Son
muy curiosas estas afirmaciones en varios sentidos. Primero vemos una
repetición de una subestimación que hacen de las luchas que no se
libran en sus países o donde ellos no estén o en el período que
ellos llaman de 80 años de contrarrevolución.
El
contraste y la doble vara es muy grande y puede verse por una mera
casualidad.
Cuando
nos escanean su revista para mandárnosla, la última página de su
respuesta a EO contiene también un articulo titulado: “ZARAGOZA,
Viva la lucha de los trabajadores de Tuzsa a pesar de la derrota!!”
En
este artículo describen una lucha de trabajadores del transporte
urbano por la modificación del “Reglamento de Régimen
Interno”. En ese conflicto trabajadores hacen un piquete y
“su
lucha se convierte en un choque frontal con las fuerzas del orden
burgués, y por tanto con el estado burgués, como una lucha de clase
contra clase, de un destacamento del proletariado contra la
burguesía, sino que lo hacen embuídos por conceptos democráticos,
mientras que en la práctica tienen que utilizar métodos de acción
directa, usando la sana violencia contra los esquiroles”
Ahora
bien, las luchas de decenas de miles de obreros automotrices y
metalmecánicos, y muchos otros sectores obreros, trabajadores y
estudiantiles, bajando al centro de la ciudad de Córdoba con
consignas del tipo “Ni golpe ni Elección, Revolución”, con su
largo pliego de reivindicaciones y exigencias de todo tipo contra las
patronales y el Estado, los enfrentamientos con la policía y la
superación de esta por los huelguistas que toman el centro de una
ciudad de un millón de habitantes y un barrio, y que debe intervenir
el Ejército con tanques, carros de asalto y demás, la gendarmería
y otras fuerzas y reprimir varios días para doblegar a los
manifestantes, con miles de encarcelados, golpeados y varios
asesinados no tiene nada que ver con la lucha de clases.
Y no hay ningún “Viva” para esa lucha, sólo para los
conductores de Zaragoza en su lucha contra un reglamento
interno...
Ante
esa crisis la dictadura cambia el gobernador, que en sus primeras
palabras anuncia que “hemos terminado con la vívora de la
subversión”. Un año después los obreros producirían otro
acontecimiento similar al cordobazo que quedaría registrado en el
sentir popular como “El Vivorazo”
O,
meses después del Cordobazo, las decenas de miles de huelguistas de
obreros de frigoríficos, ferroviarios, mecánicos, y trabajadores y
estudiantes, en Rosario, otra ciudad de más de un millón de
habitantes, también manifestando sobre el centro de la ciudad y
luego en ciertos barrios, algunos tomados, con enfrentamientos con la
policía, superando a esta y debiendo intervenir el Ejército, la
Gendarmería, la Prefectura, entre otros para reprimirlos, también
muchos manifestantes con consignas del tipo “acción, acción, por
la Revolución”, “ni golpe ni elección revolución”, y otras
de resistencia al capital y los capitalistas, tampoco tiene nada que
ver con el clasismo, la lucha de clases.
Y
no fueron los únicos enfrentamiento y luchas esos años. Sólo
ponemos esos dos ejemplos.
Es
que ocurrió en Argentina y en Argentina no hay ni puede haber
lucha de clases hasta que no esté el PCInt El Comunista.
Si
nuestra memoria no nos falla, nosotros que tampoco hemos leído el
marxismo, recordamos que en el primer capítulo del Manifiesto del
Partido Comunista de Marx y Engels empieza con una frase:
“
Toda
la historia de las sociedades que existieron hasta la actualidad, es
una historia de luchas de clases.”
Pero
claro. En Argentina no hay lucha de clases. Nunca hubo. Y sólo habrá
cuando exista el Partido. Marx y Engels se equivocaron. Deberían
haber puesto, “Toda la historia de la sociedad humana, menos en la
Argentina, es una historia de lucha de clases.”
Obviamente
que la concepción del PCInt EC es ajena al materialismo histórico y
más propia del idealismo. Tal vez deberían volver a leer lo que nos
recomiendan leer... (Al respecto como anexo les transcribimos una
nota de Marx)
En
realidad la ausencia del Partido, de un verdadero Partido no de un
grupo de gente que se autodenomine tal, lo que provoca es que esa
lucha de clases no pueda romper el cerco que le tiende la burguesía
ni desembocar en una revolución proletaria triunfante. Las luchas
sin un partido guiado por la teoría y política revolucionaria puede
incluso llegar a tumbar un gobierno, pero no puede impedir que más
tarde o más temprano otra fracción de la burguesía se apodere del
estado burgués y los someta. Y menos que menos que esa lucha de
clases desemboque en la destrucción del estado burgués y la
instauración de la dictadura del proletariado y de comienzo al
período de transición cuya meta es la sociedad sin explotadores ni
explotados.
Y
así podríamos seguir analizando esta respuesta del PCInt EC a EO
pero no tiene sentido. Sólo un último comentario sobre el tema de
la revista y de la discusión.
Sobre
la revista y la discusión
Si
bien como vimos la revista que proponía EO tenía otros objetivos y
era otro tipo de revista a lo que proponemos nosotros, sí tienen
algo en común: ambas, según el PCIntEC, aportarían más confusión.
“una
revista como la que propugna “Emancipación Obrera, sería una
revista de debate que sólo conseguiría añadir más confusión.
Nosotros, aún a riesgo de ser acusados -una vez más- de sectarios,
tenemos que decir que no entendemos otra prensa que no sea prensa del
partido, y que no entendemos otro reagrupamiento que no sea
reagrupamiento de partido (...)
Y
para justificar su postura, así como tan bien y reiteradamente lo
hizo Stalin y los diversos PC, y tan bien los partidos y grupos
trotskistas, recurren a Lenín para justificar su afirmación y
conducta. El pobre Lenín da para todo, pero está muerto y nada
puede objetar:
“En
los años en que se estaba formando el partido bolchevique -dice el
PCInt EC- ya hubo quien propuso una revista, aunque no tuviese una
línea estricta. Lenin declaraba:
“Como
ya hemos dicho, la unidad ideológica de los socialdemócratas rusos
aún debe ser creada, y para ello es imprescindible en nuestra
opinión, una discusión franca y completa de todos los problemas
fundamentales de principio y de táctica (....) antes de unirnos y
para poder unirnos, debemos comenzar por trazar una línea de
demarcación con decisión y claridad. De otro modo, nuestra unidad
sólo sería una ficción que encubriría la confusión existente e
impediría extirparla de raíz. Se comprende entonces, que no estamos
dispuestos a permitir que nuestro periódico sea un simple depósito
de opiniones diversas. Por el contrario, le daremos una orientación
estricta y definida” (Declaración de la redacción de Iskra 1900)”
La
cita de Lenin no tiene desperdicio. Y pone de manifiesto las piruetas
teóricas que debe realizar el PCInt EC para fundamentar sus
afirmaciones rimbombantes.
Dejemos
de lado aquí que Lenin participaba en ese entonces de un partido, de
un movimiento y de una internacional socialdemócrata, donde
coexistían en su seno posturas reformistas, reaccionarias,
nacionalistas, policlasistas, de apoyo a sectores de la burguesía,
llegando incluso algunos de ellos a defender planteos de humanizar el
capital. Y ni que hablar de posturas racistas, colonialistas,
chovinistas, machistas y un largo etcétera. No pretendemos abrir
juicio sobre todo lo que decía y hacía Lenin. Por lo pronto su
mundo era distinto al actual, las tareas revolucionarias tenían
características distintas a las actuales, así como ciertos planteos
se mostraron inadecuados incluso para aquella época. Pero esos son
otros temas. Lo que nos parece evidente es el intento de forzar,
descontextualizándola, una frase para usarla en contra de quienes no
están planteando lo que cuestionaba Lenin. Es como si dijéramos
nosotros del PCInt EC que ellos están planteando ser
socialdemócratas, al reivindicar dicha frase, porque justamente
Lenín busca la unidad ideológica de los socialdemócratas rusos, lo
que obviamente el PCInt no hace y creemos que ha roto con esa
concepción.
Nosotros
no estamos proponiendo la unidad ideológica (¡y menos de la
socialdemocracia!) ni estamos hablando del periódico como
organizador colectivo que hablaba Lenín en el Qué Hacer, ni que el
PCInt EC (u otra organización) abra su prensa partidaria a cualquier
opinión. En realidad no hablamos para nada de la prensa de cada
organización y lo que hace o debe hacer con ella. Y demás está
decir que Lenin no se refiere a la propuesta de Emancipación Obrera,
pues ya llevaba 62 años muerto, y menos a la nuestra.
Pero
la cita que reproducen pone de manifiesto cuestiones que parece que
el PCInt EC no se ha percatado y que va en contra de sus posturas de
dogma.
Por
empezar Lenin comete en esta cita una grave herejía. Dice que “es
imprescindible en nuestra opinión, una discusión franca y completa
de todos los problemas fundamentales de principio y de táctica”.
Como vemos, Lenin sólo está aportando más confusión y es un
oportunista sin principios ¡cómo se van a discutir los problemas
fundamentales de principio y de táctica!! Eso no se discute: ya
están, se acatan y listo. Habría que mandar a Lenin a que leyera a
Marx y Engels en vez de perder tiempo con mamarrachos como lo que
propone ¡discutir TODOS los problemas fundamentales de PRINCIPIO y
de táctica!!.
Si
el PCInt EC utiliza una cita para justificar sus posiciones sobre
otro tema, ¿con que acto de prestidigitación se hacen los
desentendidos de la parte de la frase cuestiona su dogma a fondo?
Por
otro lado, cuando Lenin habla de que el Iskra no sea un simple
depósito de opiniones diversas, se está refiriendo a que no está
marcada la línea entre las posturas revolucionarias y las otras,
pues pertenecía a una organización y a un movimiento que incluía
posturas antagónicas a los del proletariado revolucionario. Y
obviamente impedir ciertas opiniones en su periódico se refiere a
las posiciones que están del otro lado de la linea que es necesario
demarcar. De hecho dentro del mismo lado de lo que llamamos
bolcheviquismo, sí había diversas posturas sobre diversos temas y
jamás Lenin propuso censurarlas, por el contrario, siempre
reivindicó el debate abierto y sin prejuicios.
Tampoco
dice Lenin en esa cita que ni él ni otros como él tienen prohibido
expresarse en otros lugares que no sean el Iskra o la prensa del
partido. De hecho, él como antes Marx y Engels, nunca perdieron la
oportunidad de defender sus posiciones allí donde pudieran ser
publicadas o conocidas. Hasta el propio Bordiga participó en un
reportaje televisivo -y que se sepa el canal televisivo no era de su
partido, sino de un burgués- y eso no implicó ni crear más
confusión ni nada ¿O tal vez han acusado a Bordiga de incoherencia
y de generar confusión al expresarse en otros medios que no sean los
partidarios?
Obviamente
que si el PCInt EC -o alguno de sus militantes- no quiere o no puede
mandar un artículo para una revista que se define por la revolución
proletaria mundial, con una linea demarcatoria (que el PCIntEC no
objetó) que al menos deja afuera a los que tanto daño han hecho y
hacen al movimiento obrero y comunista, está en su derecho y nadie
puede objetarle nada pues en todo caso, ellos se lo pierden. Pero
eso no los autoriza a descalificar a los que sí quieren hacerlo.
Y
respecto a lo que dicen sobre ustedes mismos, que puede entenderse su
conducta como sectaria, aquí hay una sentencia popular que puede
ayudarles: “si camina como ganso, grazna como
ganso, vuela como ganso y tiene pico de ganso, debe ser ganso.”
El
PCInt EC sigue con otra cita de Lenin:
Función
de la prensa y los militantes revolucionarios es el de dar un puntos
de vista definido y claro al proletariado. “Debemos esforzarnos
para que cada socialdemócrata, cada obrero conciente tenga opiniones
definidas sobre cada uno de los problemas fundamentales” (Lenin,
Proyecto de declaración de Iskra y de Zaria)
Toda
nuestra propuesta se basa en hacer ese esfuerzo. Obviamente el
esfuerzo que está dispuesto a hacer el PCInt EC es seguir haciendo
lo que viene haciendo, relacionándose con quienes se relaciona y
llagando con sus ideas a la gente que hoy y hace años llega. Y no
más. Nada que rompa su actual equilibrio e inercia. Seguramente así
se puede seguir sin mayores problemas otros cincuenta años o más.
Los enfermos hoy incurables muy ricos pueden darse el lujo de hacerse
criogenar a la espera de los tiempos en que haya cura a su
enfermedad. La criogenización política a la espera de cuando
ocurran tiempos favorables da una salida tranquila y segura, lo que
por supuesto demanda cuestionar cualquier intento de hacer algo fuera
del plan de criogenización, intentos que deben ser estigmatizados y
acusado de activismo peligroso y mero voluntarismo, a lo que por
supuesto también acusan a EO (ya nosotros, pues esa es su respuesta
a nuestra propuesta).
Para
concluir, podríamos agregar que en cierta medida sería mejor que el
PCInt EC no participe en las tareas que nos proponemos, pues con esas
ideas sólo aportarían más confusión, más dogmatismo, más
espíritu de secta, más impotencia teórica y política, más
anquilosamiento. Pero no. Aquí estamos analizando un escrito
del PCInt EC, una actitud del PCInt EC, que como vimos va
contra el internacionalismo proletario y contra las tareas que deben
plantearse quienes quieren cambiar esa sociedad. Pero el PCInt EC
no es sólo esta carta. Como otros grupos no son sólo las
posturas incorrectas o inadecuadas o que desacordamos que sobre
distintos temas tienen. Es mucho más y no dudamos que también
tienen aportes al internacionalismo proletario y a la causa de la
revolución proletaria mundial. Y sería bueno contar con ellos
para la tarea que estamos empeñados. Nuestras fuerzas son muy pocas
y débiles, frente a un enemigo poderoso y una situación
desventajosa como para dilapidarlas o despreciarlas.
Y
recordamos, para que no se mal interprete lo anterior o a nuestra
propuesta: no estamos buscando una unidad de esas fuerzas ni hacer
bolsas de gatos.
Nos
proponemos y les proponemos incrementar el esfuerzo que hablaba Lenin
en su cita, para promover,
incentivar y divulgar la reapropiación y producción
teórico-política sobre cuestiones estratégicas de la lucha por la
sociedad sin clases, construyendo espacios e instrumentos que
faciliten la colaboración allí donde se pueda, el intercambio, la
producción, la promoción y la divulgación de los esfuerzos que
pueda hacer cada uno-a respecto a ese aspecto de la lucha
ideológica-política.
Tampoco
proponemos hacer acuerdos de unificación política ni nada por el
estilo. Y como decimos, “es
importante señalar que esta Propuesta no implica para quienes
participen de ella unidades, alianzas ni siquiera acuerdos de acción
entre ellos, y menos que menos avalar o aceptar todos los materiales
que sean producidos.”
Pongamos
un ejemplo para entender de qué aspectos estamos hablando, pues la
propuesta incluye varias formas de participación.
Supongamos
que un grupo de esos choferes de Zaragoza se dieron cuenta que hay
que que ir clase contra clase, no creer en el democratismo y que
sería bueno tener una sociedad sin clases sociales y deciden sacar
una revista que repartirán en las distintas localidades de Aragón y
los invitan a poner allí algún artículo de ustedes (firmados por
su organización o por una persona) ¿les mandarían algún articulo
o les dirían que con su actitud aportan más confusión y que mejor
se pongan a estudiar los textos de su corriente? ¿No sería mejor
aportarles algún texto (salvo que el grupo obrero sea un desastre) y
además, interiorizarse en sus posturas, en sus lecturas y allí
incentivarlos a que lean tal o cual texto de su corriente?
En
conclusión, compañeros y compañeras del PCInt EC: Pueden
revisar y rectificar la repuesta que nos han dado y reconsiderar
algún tipo de participación o al menos rechazarla con otros
argumentos más ajustados a lo que estamos proponiendo. O persistir
en sus posturas que flaco favor hacen a la causa proletaria, no por
rechazar nuestra propuesta, sino por sus actitudes generales.
Reflexiones
finales
La
respuesta que nos envió el PCInt EC nos obligó a entrar en temas
más importantes que nuestra simple propuesta. Pero pensamos que
valió la pena pues pone en la mesa una problemática fundamental:
las necesidades y tareas que esperan respuestas y propuestas (y que
nuestra propuesta no enfrenta directamente)
No
se puede ignorar algo: No es casualidad que las fuerzas que se
reclaman de la izquierda comunista, partidarias de la revolución
proletaria, clasistas anticapitalista, emancipacionistas proletarias
o el nombre que se le quiera poner, están
con un alto grado de debilidad y dispersión.
Atribuirlo
sólo a la coyuntura desfavorable o a 87 años de
contrarrevolución (60 decían cuando escribieron eso, hace 27 años)
es muy simplista y tiene un único sentido: negar que algo de lo que
pasa también tiene que ver con lo que se hizo, hicimos y dejamos de
hacer, nosotros y quienes nos precedieron.
Es
cierto que ninguna organización por más fuerte que sea y por más
que esté mundialmente extendida puede cambiar las tendencias de la
historia, pero su intervención, lo que hace o deja de hacer ¿no
tiene ninguna influencia en ningún aspecto?
Y
aquí no estamos hablando de las grandes o pequeñas masas
proletarias ni de sus luchas,
ni de los grandes movimientos burgueses ni de la forma que garantizan
su dominación. Estamos
hablando de algo más simple y limitado: los pequeñas puñados de
militantes y activistas que en la mayoría de los países del mundo
existen, tal vez por x tiempo, o surgen, también por x tiempo.
Y que cuando buscan argumentos, orientación, ideas, fundamentos, lo
que encuentran son las fuerzas de la izquierda del capital o del
reformismo social/económico.
¿Existen
esfuerzos concretos para potenciarlos, para vincularlos, para romper
sus aislamientos, para ayudarlos a sus desarrollos?. (Y que esos
esfuerzos superen los buenos deseos o las pomposas autodefiniciones,
e impliquen la existencia
de un polo de referencia,
no digamos de aglutinamiento ni de unificación, simplemente de
referencia? O al menos ¿existe el trabajar mancomunadamente entre
varios para que exista dicho polo?
Lo
que pasó con EO pone de manifiesto que no. Pero otros hechos también
lo ponen de manifiesto.
Antes
de hacer nuestra propuesta, pasamos revista a numerosas propuestas
que se hicieron en estas últimas décadas. Y ellas no hubieran
aparecido, por innecesarias, si hubiera existido ese polo de
referencia. Pero no sólo sí existieron sino que todas ellas
obtuvieron respuestas negativas o peor aún, ninguna respuesta, de
quienes estaban en mejores condiciones de abrir el juego.
Y
no es que todas estuvieran bien o que fueran adecuadas. Lo que
importa es que frente a cada una de ellas no
existió una contrapropuesta superadora.
En todo caso algunas organizaciones se vincularon privadamente con
los que proponían para intentar ganarlos para su organización, lo
que es lógico y no está mal. Pero
eso no resuelve el problema central.
Y la prueba de ello es que el problema sigue existiendo. E incluso
muchos de los que lograron “ganar” a esos pequeños grupos están
más débiles que antes.
Cuando
nosotros elaborábamos nuestra propuesta, analizamos cada una de las
propuestas más importantes y las respuestas que habían recibido, no
sólo para no cometer los mismos errores -pues no siempre lo que se
proponía era un error, como vimos-, sino para no plantear algo que
desde el vamos sabíamos que o no estaba en nuestras condiciones
llevarlo a la práctica, o seguramente la respuesta sería un No muy
grande.
Obviamente
que no podíamos proponer trabajar para crear un polo de referencia
pues no éramos una organización (y de serlo tendríamos que ser
bastante fuerte, conocida y respetada).
No
podíamos plantear algún tipo de proceso de unificación (tanto por
lo anterior como porque para que ello pueda encararse primero debe
existir entre los que lo encaren, acuerdos programáticos profundos,
un proceso de trabajo y toma de posición conjunta frente a problemas
concretos de la lucha de clases, discusiones respetuosas, etc).
Tampoco
podíamos proponer un ámbito de discusión, porque aún existe
demasiado sectarismo, además la discusión por la discusión misma
tampoco tiene mayor sentido.
Ni
una revista como la que planteaba EO ni un sitio web de discusión
como lo que planteaba un grupo de Montreal en el 2009 a lo cual el
PCInt (que no es al que estamos contestando sino otro, Programma
Comunista, Le Proletarire) les dice:
“Los
partidos u organizaciones a los cuales ustedes envían su propuesta
no son organizaciones recién nacidas que, por inadvertencia, por
falta de reflexión o por ignorancia, podrían haber incluido en su
programa algunas posiciones erróneas o inciertas, las cuales
bastaría con discutir para rectificarlas. “
“A
excepción de la OPOP, que no conocemos, son organizaciones que
existen desde hace años o décadas y que han llevado a cabo entre
ellas polémicas sobre todos los puntos litigiosos: ¡incluso es de
la ruptura con Battaglia Comunista que nació nuestro partido a
principio de los años cincuenta! Sus posiciones políticas, teóricas
y programáticas se han fijado desde hace mucho tiempo, al igual que
su acción práctica: ¡muy ingenuo sería quien se imaginara que una
“discusión fraternal” en un foro internet podría de golpe
convencer a los unos o los otros de modificar su posición!”
Y
es cierto lo que dice el PCInt. Que remata su argumento para rechazar
la propuesta con la consabida afirmación de que la actual situación
se debe a “la crisis del movimiento revolucionario que
desde hace más de 80 años a reducido al proletariado a la
impotencia, destruyendo su partido y sus organizaciones de clase”.
(http://fractioncommuniste.org/ficci_esp/b48/b48_4.php)
Visto
todo lo que no tenía sentido plantear, pero teniendo en pie esa
pregunta sobre el qué hacer para avanzar aunque sea un poquito y con
la convicción de lo que implica el internacionalismo proletario, es
que propusimos lo que proponemos.
Por
ahora casi no tuvimos respuestas públicas y de organizaciones (sólo
dos). Por vía privada -pues así lo quisieron los que nos enviaron
las cosas- en algunos casos algunas personas manifestaron su voluntad
de apoyar. Otros -incluso algún grupo- lo ven como algo que no va a
funcionar pero no se oponen y quedan a la expectativa a ver qué
pasa. Por ejemplo un grupo dice:
“En
cuanto no tenemos oposición en principio a vuestro proyecto, no
estamos, en este momento, en una posición organizativa para
responder públicamente a este documento o participar en vuestra
publicación (pero ustedes tienen la libertad de usar cualquier
material en nuestro sitio que consideran útil). No tenemos la
intención de desanimarlos, pero tenemos serias dudas de la
posibilitad de reunir diferentes grupos para participar en una
empresa como esta en la actual coyuntura. Mucho nos gustaría estar
engañados a ese respecto, por supuesto.
Nosotros
acompañaremos con interese vuestro blog para nuevas noticias acerca
de vuestra publicación.”
Veremos
cómo sigue la historia.
Un
cordial saludo.
Quedamos
a la espera de vuestras noticias.
Equipo
iniciador de la Propuesta Internacional e
Internacionalista
“Estrategia y Cambio Revolucionario”
Argentina,
31 de diciembre de 2014
Anexo:
Sobre
el tema de la lucha de clases, puede ser interesante la lectura
siguiente:
“.....El
movimiento político de la clase obrera tiene como último objetivo,
claro está, la conquista del poder político para la clase obrera y
a este fin es necesario, naturalmente, que la organización previa de
la clase obrera, nacida en su propia lucha económica, haya alcanzado
cierto grado de desarrollo. Pero, por otra parte, todo movimiento en
el que la clase obrera actúa como clase contra las clases dominantes
y trata de forzarlas «presionando desde fuera», es un movimiento
político. Por ejemplo, la tentativa de obligar mediante huelgas a
capitalistas aislados a reducir la jornada de trabajo en determinada
fábrica o rama de la industria es un movimiento puramente económico;
por el contrario, el movimiento con vistas a obligar a que se decrete
la ley de la jornada de ocho horas, etc., es un movimiento político.
Así pues, de los movimientos económicos separados de los obreros
nace en todas partes un movimiento político, es decir, un movimiento
de la clase, cuyo objeto es que se dé satisfacción a sus intereses
en forma general, es decir, en forma que sea compulsoria para toda la
sociedad. Si bien es cierto que estos movimientos presuponen cierta
organización previa, no es menos cierto que representan un medio
para desarrollar esta organización.
Allí
donde la clase obrera no ha desarrollado su organización lo bastante
para emprender una ofensiva resuelta contra el poder colectivo, es
decir, contra el poder político de las clases dominantes, se debe,
por lo menos, prepararla para ello mediante una agitación constante
contra la política de las clases dominantes y adoptando una actitud
hostil hacia ese poder. En caso contrario, la clase obrera será un
juguete en sus manos, como lo ha demostrado la revolución de
septiembre en Francia y como lo está, hasta cierto punto,
demostrando el juego que aún hoy llevan con éxito en Inglaterra
Gladstone y Cía."
(
Marx,Carta a FRIEDRICH BOLTEE, en Nueva York)
Extraído
de:
https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m23-11-71.htm